jueves, 11 de noviembre de 2010

Le zanzare

Habíase una vez una casa vieja y solitaria que olía a producto de limpiar los muebles, polvo y soledad. En un rincón del baño vivía una pequeña familia de zanzare -o más conocidos universalmente por mosquitos- que trataban de escapar de la lluvia otoñal. Sobrevivir el duro invierno parecía una utopía porque sin comida morirían pronto.

Pero un buen día la puerta principal se abrió y tres estudiantes jóvenes y provistos con grandes maletas entraron. La familia de zanzare saltaron de alegría porque las provisiones para el invierno habían llegado. Desde aquel día en adelante los mosquitos hacían guardia, los muy listos, para ir a recolectar la dulce cena de los pieles pálidas venidos de Irlanda. Lo malo es que los jovencit@s empezaron a mosquearse y declararon una guerra abierta contra tal injuria.

Y así estamos por el momento, en batalla continua, unos por asegurarse la cena y otros por evitar los picotazos asesinos de estos insectos trompeteros. Los mosquitos han ganado muchas batallas; mi cara es un buen testigo de ello, pues de pronto parece que tengo un acné bien rojito y gordote. Han ganado batallas, pero habrá que ver quién gana la guerra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los mosquiteros en formación de a tres, atacan las posiciones enemigas, por decretar un embargo injusto de alimentos, paradojicamente, mientras más sangriente es la batalla, más comida para la saca.